Bien queridos amigos, hoy os voy a hablar de un personaje mítico de nuestra ciudad injustamente olvidado: El tipo de la peluca rizada corta por arriba y larga por abajo que siempre está haciendo botellón.Igual algunos no caéis, pero hacer memoria, cerrar los ojos y concentraos. Vamos a visualizarle: Ahí está , cara redonda, nariz grande, peluca rizada, cazadora vaquera, camiseta, vaqueros claros y una copa en la mano. Es regordete y nunca habla ni sonríe aunque siempre va con un grupo de colegas fieles a su filosofía. Ya sabéis quien es ¿verdad?. Un genio y un auténtico pionero. Este tipo no inventó el botellón, este tipo es el botellón.
Cuentan que ya en el cole a la hora del recreo, Botellón -Man pasaba de jugar a mosca y se iba por ahí con su botellita, su bolsa de hielo y su vaso de plástico a tomarse un copazo.
Todo lo que rodea a Botellón-Man es un misterio: nadie sabe como se llama, donde vive, nadie lo conoce, ni conoce a sus amigos.(Es imposible acordarse de sus amigos, tal es el carisma de Botellón-Man).
Al igual que a nuestro amigo Julitroner en el colegio, nadie ha visto a Botellón -Man hablar con mujeres. Desconocemos si alguna vez a hablado con alguna.
Este hombre fue el primero en hacer botellón en el Foro, en el Paseo Alto, en la Plaza, en los Arquinos, en la Madrila, en el ferial, en San Jorge, en Santiago, en el Womad, en novatadas y aunque a Carda le pese, fue también el primero en hacerlo en un ano.
Llueva, truene, nieve o haga un calor abrasador , él siempre está ahí copa en mano, impasible cual general Macedonio.
Una vez, en el ferial , me acerque a hablar con él y no me hizo ni puto caso, se ve que o bien es tímido o bien es sabio y no está para aguantar borrachos. Esa parece ser otra de sus características. Por mucho que beba jamás veremos a Botellón-Man perder los papeles y hacer el canelo por ahí,ante todo este Sensei del Botelloneo es un señor.
Quede aqui mi humilde homenaje a este protohombre, a este auténtico maestro que tanto ha influido a gente como Carda y Manolo.
Allí donde haya gente pribando en la calle, ahí estará Botellón-Man: tranquilo, sereno, impasible, mirándolo todo con esos ojos que atesoran infinita sabiduría. Recordándonos que antes que nadie llegara, él ya estaba allí.
¡Salud!.
